La concepción original de un Smartphone o teléfono inteligente, era poder desempeñar actividades similares a las de una computadora, sin embargo las aplicaciones han desplazado esta idea.
Un Smartphone opera sobre una plataforma informática, con capacidad para almacenar datos, tener conectividad a internet y desempeñar las funciones habituales de un teléfono móvil convencional, incluso han sido llamados “inteligentes” porque pueden sustituir o semejar, tareas que se realizan en un ordenador.
Hoy día las funciones que desempeña un Smartphone son insuficientes y las aplicaciones han llenado ese hueco, su característica temática y de sencilla interfaz, es lo que atrae a miles de usuarios a descargarlas a través de los distintos sistemas operativos, de los cuales el más popular es Android 81,9 %, de Google, seguido por iOS 12,1 % de Apple, Windows Phone ocupa el 3,6 % de Microsoft, finalmente BlackBerry OS el 1,8 %.
De acuerdo a un informe de Flurry donde se analizó el tiempo empleado en un Smartphone por parte de los consumidores en los Estados Unidos, a partir de datos recabados entre enero y marzo de 2014; el 86% del tiempo lo gastaban en aplicaciones y solo el 14% lo pasaron navegando en la red.
Las preferencias de los usuarios se reparten entre juegos, redes sociales y mensajería instantánea; el 32% del tiempo lo invierten en aplicaciones de juegos, seguido de Facebook con el 17%, la mensajería instantánea se lleva el 9,5%, entre WhatsApp y Line, YouTube ocupa el 4,5%. El tiempo de navegación en red es escaso, lo que lleva a replantearse la utilidad de tener un Smartphone o una Tablet con los mismos propósitos.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
